By Chandler Hillebert, Witness for Peace delegate to Cuba
My trip to Cuba in the summer of 2012 was by far the best and most meaningful experience of my life thus far. I stumbled upon this program by accident; but I couldn’t be more thrilled that Washburn University with the help of the Martin Luther King Center, and Witness for Peace created this program. This journey to Cuba was extremely special to me seeing as I am of Cuban decent. My grandfather and uncle were born in Cuba and lived there with my great grandparents until they were teenagers. Without this program and the above mentioned organizations I may have never had the chance to visit Cuba and I am very grateful for the work that they did to make this dream a reality.
The two
weeks I spent in Cuba were unforgettable! The people I met were so kind and
welcoming; and the country itself was so different from what I had imagined.
Everything I had heard about Cuba from the news or in my history classes
painted it as being such an oppressed and sad country. What I experienced in my
time there without a doubt shed a new light on my opinion of the country.
The relationships that I formed and
the people that I met were by far the best part of my trip. Without the
internet and our phones we were forced to have real conversations and to really
take the time to interact with people around us. Some nights I would spend time
with the other students in the center, other nights we would join the boys in
front playing dominos, or go and have ice cream across the street. No matter
what I was doing I was always surrounded by such kind people.
During one of our dinners at a
local Paladar we met some students from the university. It was great to talk to
people our own age and I really enjoyed meeting them and experiencing what it
is like to be a young adult in Cuba. Some of the students even took the time to
walk with us down on the Malecon and tried to teach us to dance! I realized that although Cuban people may not
have things they have a great sense of community and respect for one another.
Mi viaje a Cuba en el verano del 2012 fue por
lejos la mejor y más significativa experiencia de mi vida hasta ahora. Me
encontré con este programa por accidente, pero no pude haber estado más
emocionada de la Universidad de Washburn, con la ayuda del Centro Martin Luther
King, y Acción Permanente por la Paz hayan creado este programa. Este viaje a
Cuba fue muy especial para mí, ya que soy de ascendencia cubana. Mi abuelo y mi
tío nacieron en Cuba y vivieron ahí con mis bisabuelos hasta que fueron
adolescentes. Sin este programa ni las organizaciones antes mencionadas puede
que nunca hubiese tenido la oportunidad de visitar Cuba y estoy muy agradecida
por el trabajo que hicieron para hacer que este sueño se hiciera realidad.
¡Las dos semanas que pasé en Cuba fueron inolvidables! La gente que conocí fue muy amable y acogedora, y el país en sí era muy diferente a lo que había imaginado. Todo lo que había oído hablar de Cuba en las noticias o en mis clases de historia lo pintaban como un país muy oprimido y triste. Lo que experimenté en mi tiempo ahí sin lugar a dudas creó una nueva luz sobre mi opinión acerca del país.
Cuba es un país hermoso lleno de algunas de las personas con mejor corazón que he tenido el placer de conocer. Nuestra delegación proporcionó varias oportunidades de escuchar a oradores que fueron capaces de compartir información sobre una variedad de temas que iban desde la economía hasta sus propias opiniones personales sobre la vida en Cuba. Mi delegación también visitó museos, lugares históricos, escuelas, restaurantes y teatros por toda Cuba. En una de nuestras salidas, incluso tuve la oportunidad de pasar por delante de casa de infancia de mi abuelo. ¡Esta experiencia fue muy importante, no sólo para mí, sino para toda mi familia!
Es difícil explicar cómo esta experiencia me abrió los ojos y cambió mi vida, y me siento bendecida de haber conocido a gente tan maravillosa en el camino. Me sorprendió gratamente que cada individuo fuera tan abierto y dispuesto a compartir cualquier cosa conmigo. Me sentí muy cómoda durante todo el tiempo que estuve en Cuba, y realmente me gustaría dar las gracias a todo el personal que trabajó con nosotros. Me hice muy cercana a todos los que estuvieron involucrados en mi delegación. Fue una experiencia increíble y no habría aprendido tanto si no hubiera sido por la ayuda del Centro Martin Luther King, Acción Permanente por la paz, y todos los profesores y estudiantes que me acompañaron.
Las relaciones que creé y la gente que conocí fueron por lejos la mejor parte de mi viaje. Sin internet ni teléfonos nos vimos en la obligación a tener conversaciones reales y realmente tomar el tiempo para interactuar con las personas que nos rodean. Algunas noches me gustaba pasar tiempo con los otros estudiantes en el centro, otras noches que me unía a los chicos de en frente a jugar dominó, o iba a comer un helado al otro lado de la calle. Si importar lo que estuviera haciendo, siempre estuve rodeada de gente muy amable.
Durante una de nuestras cenas en un Paladar local nos reunimos con algunos estudiantes de la universidad. Fue genial hablar con personas de nuestra edad y me gustó mucho conocerlos y experimentar lo que es ser un adulto joven en Cuba. Algunos de los estudiantes, incluso se tomaron el tiempo para caminar con nosotros por el Malecón y ¡trataron de enseñarnos a bailar! Me di cuenta de que, puede que los cubanos no tengan cosas materiales, tienen un gran sentido de comunidad y respeto el uno por el otro.
Fue algo muy maravilloso ser capaz de ver donde viene mi familia y realmente aprecio esta oportunidad. Honestamente puedo decir que echo de menos Cuba. Estoy muy contenta de haber formado grandes relaciones durante mi estancia en Cuba, y tengo la suerte de ser capaz de comunicarme con algunas de estas personas hasta el día de hoy. ¡Me gustaría más que cualquier cosa volver de nuevo! Aprendí mucho durante mi viaje y espero que otros puedan tener la misma oportunidad que yo. Me encantaría ver que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos cambien algún día para que más personas puedan visitar Cuba y disfrutar de la belleza del país y su gente. Cuba, mis experiencias, y las personas que conocí siempre tendrán un lugar muy especial en mi corazón.
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