by WFP Honduras Team
"I'm going to close the door. Immigration officials are here.
Don't come out until they're gone." She didn't say anything else; she just
shut the door quietly. We looked at each other and quietly started agreeing on
what we would say if they found us in the office. It was days before the
elections and things had been tense in Honduras. That same morning we read (link in Spanish) about Honduran immigration officials at
the border giving foreigners problems due to alleged concerns about
intervention in the electoral process. We waited two hours until we knew the
officials had left. Later that night immigration officials arrived at the
FRAGUA where a large group of elections observers were meeting. Afterwards, two
U.S. citizens had their tourist visas removed from their passports.
This is the environment in which the "free and far
elections" occurred; intimidation of observers and later electoral fraud according to hundreds of observers. The State Department released a statement affirming "the U.S. Embassy in Honduras, reported
that the process was generally transparent..." There has been dissonance
among international observers present at the elections as to their
transparency. U.S. Reps Schakowsky, Farr and McGovern released a statement
December 10 expressing their concern about "the climate of violence"
in the country and the irregularities surrounding the electoral process.
"The elections are important in the current events of the
country, but they're not going to affect the context we are living in,"
Father Ismael Moreno (Melo) explained. Indeed, the struggles that existed
before the elections will continue, and likely would under any party's rule.
But, we did hear from Hondurans that things will be worse under National Party
candidate Juan Orlando Hernandez due to his insistence on militarization as the
solution to Honduras's problems of violence. During his campaign he promised
the people "a soldier on every corner". This lead to his involvement
in the creation of the military police. Both the police and military receive
U.S. funding despite repeated
incidents of human rights abuses by both institutions. The military is not
stationed at the borders but are on the streets, roads in rural and urban
Honduras.
U.S. Ambassador Lisa Kubiske stated to the Honduran press in August (link in Spanish) that the military is for border
security and maintaining autonomy. This essentially is the purpose of a
military - to defend a country in times of war. The purpose of a police force
on the other hand is to protect citizens and maintain civilian order. So, who's
this war against? Young men walking down the street are often stopped and
searched because they are considered dangerous. One acquaintance walking in the
park had his piercing yanked on by a soldier. Women are accustomed to the
unsettling feeling of catcalls from armed police and soldiers driving by in a
truck. One friend shared a story of being hit on by a soldier who had the tip
of his gun resting on her shoulder. This points to the war being against the citizens.
In Río Blanco, Intibucá, where an indigenous Lenca community is
fighting the installation of a hydroelectric dam on their river, the actions of
Honduran police and military make clear who's benefitting from this war. The
military and police guard the installations of the company constructing the dam
and intimidate those who protest it. On July 15 Tomás Garcia was shot and killed by a Honduran solider as he arrived
at the community's blockade of their river that is threatened by the dam
project. A November 1 police raid left some community members afraid, but
resolved to continue their struggle in the midst of ongoing intimidation.
One community leader relayed that every time they work their
land there are shots fired in the air by company guards. Another community
member said they heard a police officer say, "If Juan Orlando wins, we’ll
kill you." A local leader has a combined total of L$40,000 (US$2000) on
his head. This is just one example of Hondurans fighting government concessions
that give their land to multinational companies. Some 48% of Honduran territory
has been concessioned by the post-coup government according to Father Melo.
Recent comments (link in Spanish) by Ambassador Kubiske on International
Human Rights Day reprimanding the community clarify where the State Department
stands in this struggle. “The signers of the Universal Declaration of Human
Rights and signatories of other treaties recognize that a person who cannot
achieve justice through the law may feel obligated to take the issue into their
own hands. To do it this way would not be correct, but it’s happening in
Honduras today.” And, “In Intibucá, some indigenous communities who feel they
were not adequately consulted concerning the development of their lands, have
opted to create road blockades in an attempt to impede future development.”
While Kubiske recognized that, “In Honduras impunity is the
primary threat to human rights” and the importance of strengthening and purging
of the police, general attorney’s office and the judicial branch in order to
protect human rights, continued funding of state institutions that have clearly
committed human rights violations over extended periods of time would indicate
that the U.S. turns a blind eye and supports the actions of police and
military. In the same statement Kubiske said, the U.S. “sees no other priority
more important, it’s true, we don’t see another more important priority than
human rights and it’s for that reason we continue lending our support to these efforts.”
Elecciones y militarización en
Honduras
por el equipo APP Honduras
por el equipo APP Honduras
"Voy a cerrar la puerta.
Migración está aquí. No salgan hasta que se van." No dijo nada más,
solamente cerró la puerta con cuidado. Nos miramos y calladitas empezamos a
ponernos de acuerdo en lo que diríamos si nos encontraron en la oficina. Fue
días antes de las elecciones y el ambiente había sido tenso en Honduras. Esa
misma mañana leímos de lxs
funcionarixs de inmigración Hondureña en la frontera dando problemas a lxs
extranjerxs debido a supuestas preocupaciones sobre intervención en el proceso
electoral. Esperamos dos horas hasta que sabíamos que lxs funcionarixs se
habían ido. Más tarde esa noche funcionarixs de inmigración llegaron a la FRAGUA
donde un grupo grande de observadores electorales se reunían. Después se
retiraron las visas turísticas de los pasaportes de dos ciudadanxs
estadounidenses.
Este en el ambiente en que se
produjeron las elecciones “libres y justas” – intimidación de observadores y después
fraude electoral (enlaces en inglés) según cientos de observadores. El Departamento de Estado de la EUA publicó un comunicado afirmando que ‘la
Embajada de los Estados Unidos en Honduras informó que el proceso fue
generalmente transparente…” Se ha producido una disonancia entre los
observadores internacionales presentes en las elecciones en cuanto a su transparencia. Representativos Schakowsky, Farr and McGovern de su Congreso publicaron
un comunicado el 10 de diciembre expresando su preocupación
por "el clima de violencia" en el país y las irregularidades en torno
al proceso electoral.
"Las elecciones son importantes
en la coyuntura del país, pero no van a afectar el contexto en que vivimos,”
dijo Padre Ismael Moreno Coto (Melo). En efecto, las luchas que existieron
antes de las elecciones continuarán y probalmente seria igual debajo el
gobierno de cualquier partido. Pero sí escuchamos que las cosas serian mucho más
peor debajo el candidato del Partido Nacional Juan Orlando Hernández debido a
su insistencia en la militarización como resolución al problema de violencia en
Honduras. Durante su campaña prometió al pueblo ‘un soldado en cada esquina.’ Se
produjo como ejemplo su involucramiento en la creación de la Policía Militar. La
policía y el ejército reciben fondos del la EUA a pesar de los repetidos
incidentes de abusos de derechos humanos cometidos por las dos instituciones. El
ejército no está estacionado en las fronteras pero en las calles, carreteras,
tanto rurales como urbanas.
La Embajadora de la EUA Lisa Kubiske comunicó
a la prensa hondureña en agosto que el
ejército existe para la seguridad fronteriza y para mantener autonomía. En
esencia eso el propósito de un ejército – defender su país en tiempos de
guerra. Por otro lado, el propósito de la policía es proteger sus ciudadanos y
mantener el orden civil. Entonces contra quien es la guerra? Jóvenes andando en
la calle están parados con frecuencia y revisados por parecer peligrosos. Un
conocido caminando por el parque tenía su perforación tirado por un soldado.
Las mujeres están acostumbradas a la sensación inquietante de escuchar piropos
tirados de las cajas de camionetas llenas de militares armados. Una amiga contó
que un soldado le coqueteó en un retén con la punta de su arma de descanso en
su hombro. Esto señala que la guerra es en contra de lxs mismxs cuidadanxs.
En Río Blanco, Intibucá, donde una
comunidad indígena está en lucha contra la instalación de una represa hidroeléctrica
en su río, las acciones de la policía y el ejército hondureño dejan claro quien
beneficia de esta guerra. El ejército y la policía protegen las instalaciones
de la compañía construyendo la represa y intimidar lxs que la protestan. El 15
de julio Tomás Garcia fue
asesinado por tiros por un soldado hondureño cuando estuvo llegando a la toma
de la comunidad que bloquea acceso al río de la comunidad que está amenazado
por el proyecto. Una redada el 1 de noviembre dejó algunxs de la comunidad con
miedo, pero decididxs para continuar su lucha en medio de tanta intimidación.
Un líder de la comunidad relató que
cada vez que vayan a trabajar sus huertas hay disparos en aire por los guardias
de la compañía. Otra miembra de la comunidad escuchó un policía decirle, ‘si
gana Juan Orlando le vamos a matar.’ Un dirigente local tiene un total de
L$40,000 (US$2000) por su vida. Esto es solo un ejemplo de hondureñxs que
luchan los concesiones del gobierno que regalan su tierra a compañías
multinacionales. Un 48& del territorio hondureño ha sido concesionado por
el gobierno post-golpe, según Padre Melo.
Comentarios recientes por la Embajadora
Kubiske en el Día Internacional de Derechos Humanos reprendiendo la comunidad
aclaran donde queda el Departamento de Estado en esta lucha. “Los signatarios
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y signatarios de los otros
tratados reconocen que la persona que no puede obtener justicia bajo la ley
puede sentirse obligada a tomar el asunto por sus propias manos. Hacerlo en esa
manera no sería correcto, pero está pasando así en Honduras hoy en día.” y
"En Intibucá, algunas comunidades indígenas que sienten que no fueron
consultadas adecuadamente en lo concerniente al desarrollo de sus tierras, han
optado por poner bloqueos a las carreteras en un intento de impedir el
desarrollo futuro.”
Mientras Kubiske reconoció que “en
Honduras la impunidad es la amenaza principal a los derechos humanos” y la
importancia de fortalecer y depurar la policía, el Ministerio Público y el
Poder Judicial para proteger los derechos humanos, financiamiento continuo de las
instituciones del estado que se han comprometido claramente violaciónes
de los derechos humanos durante períodos prolongados indicaría que los EE.UU. hace
la vista gorda y apoya las acciones de la policía y los militares. En la misma declaración Kubiske dijo, que la EUQ “no ven otra
prioridad más importante, es cierto, no vemos otra prioridad más importante que
los derechos humanos, y es por ello que continuaremos prestando todo nuestro
apoyo a estos esfuerzos.”